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EL JUICIO MORAL SOBRE LAS ACCIONES HUMANAS

Par   •  29 Janvier 2018  •  2 420 Mots (10 Pages)  •  635 Vues

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es suficiente para convertirlo en bueno, porque el fin no justifica los medios. Puede ser juzgado con menos dureza, pero no puede convertirlo en bueno. En mi opinión, no es siempre verdadero, porque todas las condiciones no están siempre presentes. Mas bien habría que evaluar si había otras opciones, y porque no las tomé.

Otros criterios que usamos en la moral son las llamadas condiciones del acto moral: ser libre, consciente y voluntario. Si una persona es libre para actuar, es consciente de lo que hace y actúa a partir de su voluntad, entonces es responsable de sus actos.

EL PROBLEMA DE LA LIBERTAD

Las condiciones humanas de la libertad

La libertad es la capacidad humana de decidir entre distintas alternativas, aquella que el sujeto considera es la mejor.

Es importante distinguir la libertad de la libre elección. La libertad no se sitúa en la multiplicidad de las opciones, sino en nuestra decisión de eligir tal o tal. Podemos ser libres con solo una opción, cuando decidimos hacerla nuestra.

Para el ejercicio de la libertad se requiere en primera instancia de la inteligencia, pues es ella la que presenta las distintas posibilidades sobre las que se puede decidir.

La inteligencia no solo le permite a la persona humana la comprensión de la realidad externa, le permite también entender sus propias sensaciones, pensamientos e impulsos.

La inteligencia no solo es un recurso para actuar mejor. Podemos también decir que, de cierta manera, la ignorancia es culpable cuando nos quedamos en ella, sin buscar a entender lo que nos rodea, ya sea el mundo físico (en una perspectiva científica) o las personas. Es por eso que condenar siempre tiene algo condenable: nunca podemos pretender que entendemos toda la situación, sobre todo cuando implica personas, de quien no podemos escuchar los pensamientos.

Cuando tomamos una decisión que se basa en nuestras creencias mas profundas, entonces nuestros actos se hacen por convicción. Cuando así sucede nuestra inteligencia puede superar a los impulsos e instintos.

Pero no todo en los seres humanos es inteligencia; tenemos también sentimientos e instinto:

 Fragmento de la Cartilla moral de Alfonso Reyes, p. 39.

Además de la inteligencia, tenemos la voluntad, que provee al sujeto la capacidad de actuar. Así, las condiciones de la libertad son externas (las circunstancias sociales) e internas (inteligencia, necesidades corporales y voluntad).

El papel de la voluntad

Cuando hablamos de querer un bien, lo podemos hacer en dos sentidos: como apetito o como afecto. El problema es que en ambos casos usamos las mismas palabras: “Quiero comerme un elote con mantequilla” (apetencia) o “Quiero mucho a Adriana” (afecto). Cuando algunas personas dicen “te quiero”, se puede referir al afecto, a la atracción o al deseo.

La aspiración de alcanzar algo puede referirse a solo desearlo de manera sensible o a desearlo también con la participación de la voluntad. Si hablamos de querer alcanzar un bien en el segundo caso, entonces es porque participa toda nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra voluntad.

Ejemplo. Si una corredora con aptitudes para el atletismo dice que quiere ganar la carrera de 800 metros, pero que no entrena mas seguido porque se cansa, tal respuesta muestra entonces que la corredora realmente no lo desea. También referirse a los trabajos de los alumnos.

La voluntad es una facultad que expresa una fuerza de la razón, mientras que los sentimientos, emociones o pasiones son actos de lo que podemos llamar afectividad, por lo que no son actos de la voluntad, pero gracias a ella pueden tener un sentido positivo.

 Lectura: Jerome Bettis soporto todo, p. 40-41.

La persona que hace uso de su libertad puede elegir correctamente un bien moral, pero también puede elegir incorrectamente, aunque ella piense que es un bien. Siempre que elegimos lo hacemos pensando que eso es un bien, aunque no siempre elegimos lo correcto.

Para que un acto sea considerado como moralmente bueno o malo es necesario que el sujeto, con su inteligencia y siendo consciente, valore la situación y como producto de ello haga de su voluntad para realizarlo.

 Lectura: El hombre en busca de sentido, p. 41-42.

LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

El acto libre es un acto de la voluntad en que ésta se autodetermina por un bien que la inteligencia le presenta.

Cuando actuamos libremente, somos autores y dueños de nuestros actos. La palabra “responsabilidad” procede del verbo latino respondere, que significa responder. Es decir, si actué libremente, esto es, si decidí, debo responder por ese acto.

La responsabilidad tiene mucho que ver con la libertad: “Si soy libre para tomar mis propias decisiones, entonces también soy responsable de lo que he decidido, ante mi mismo y ante los que me rodean.”

Todos tenemos derechos y obligaciones de acuerdo con nuestra edad, nuestro estado civil, profesión y situación social. La responsabilidad no es solo cumplir con obligaciones externas; se relaciona también con las obligaciones para con nuestra persona: desarrollarnos como seres humanos íntegros, de tal manera que podamos tener una vida plena, colaborar en nuestro ámbito social para beneficio de todos, realizarnos profesionalmente, cuidar nuestra salud, etc.

John Powell, en su libro La felicidad, una tarea interior, da el ejemplo de Sydney Harris:

 Lectura: La felicidad, una tarea interior, p. 44.

Para nadie es fácil ser responsable de su vida y de sus actos. Es mas fácil y cómodo culpar a otros. Normalmente acostumbramos portarnos con el otro de la misma manera en que creemos o sentimos que se porta con nosotros [“Ojo por ojo, diente por diente”, que ya es un primer paso hacia la justicia, porque implica no hacer mas que lo que el otro nos hizo]. Mientras que las personas no seamos capaces de percibir y reconocer cuando actuamos mal, nunca podremos hacernos responsables de nuestra vida y nuestros actos.

También nos cuesta trabajo reconocer lo malo, porque si lo hacemos nos comprometemos a responder, a reparar el daño.

Ejemplo. En el caso de obtener una baja calificación, primero debo reconocer que no hice lo suficiente para superar esa dificultad; posteriormente me obligar a estudiar mas, a pedirle a un compañero que entiende que me explique, a hacer las tareas, ir a la biblioteca, llevar

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